martes, 19 de julio de 2011

¿Una taza? ¿Una tetera? ¿Un vaso?













Nunca encontraste el molde perfecto que te pudiera contener, intentaste volverme un florero y disfrazarte de girasol, después me volviste jarra y te disfrázate de la más dulce agua de melón y al final me quebraste, ningún recipiente puede contener tanto vinagre sin corroerse.

Sonrío porque me enseñaste para donde no tengo que mirar…

1 comentario:

Patricia dijo...

Escribes intenso, te sigo leyendo. Saludo desde España.