Desde tu partida me he vuelto un poco más tonto, incluso he
dejado de hacer tanto ejercicio, ahora ya no me considero un devorador
de
libros y en ocasiones siento que la imaginación se disuelve, el día de
tu
partida aprendí a sentir pero al mismo tiempo aprendí que contigo
solamente
estaba en busca de la perfección y esta solamente la tengo cerca de
Dios, ahora
soy un poco más optimista, observo la luz del sol y entiendo el
misticismo de
esta complicada vida, he empezado a mirar hacia donde apunta mi sonrisa y
no te
encuentro por ningún lado, pero no creas que te he olvidado por eso
escribo
estas palabras.
Hoy intento aprender de lo mejor que tienen todas las
personas y guardarlo en el baúl con forma de corazón que alguien coloco en mi
pecho el cual me acompañará toda la vida.