En todos lo instantes en que cerré mi puño transcurrieron recuerdos perdidos, cuando decido abrir la palma de mi mano noto que los buitres me acechan y quieren comer de mi corazón.
Pensar que una pequeña mariposa alejaría toda la maldad con sus frágiles alas y se quedaría para pintarme un mundo de colores.
Al final es gratificante hallar.
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