martes, 28 de octubre de 2014

Me despojo de la máscara de espejos y comienzo el camino de la conciencia, con el olor de vida en mis zapatos y la mente vacía.

Convierto los miedos en caballo, nos alimentamos el uno del otro y avanzamos como flechas.

Curo las heridas de batallas pasadas, equilibro lo definitivo y lo fugaz.


Me quito la sed con miel, libertad que es un cielo.

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