domingo, 16 de mayo de 2010

De qué modo me escuchas.


No sabría decirlo, y sin embargo,
escribo estas palabras que quisiera
decirte. Sé que no vas a escucharlas
como yo ahora, y yo no sabré nunca
cómo con la voz mía que más quiero,
esa que ahora escuchas, te las digo.
De qué modo me escuchas, no sabría,
y es el modo lo único que busco:
no el modo de decir esto o aquello
sino el modo en que puedo, simplemente,
decir: esto o aquello, lo que escuchas,
la voz de mis palabras, no la mía.
Siempre huyendo de mí, siempre perdida,
es un acorde apenas, o una forma
que fluye recordando, hecha de olvido:
lo que escucho es la música apagada
que me impide ir oyendo lo que digo
y que me hace decirlo en lo que escuchas.
Oración de agua absorta, lo que escuchas
habla como la fuente en la espesura,
como el viento en las hojas y la lluvia
que está afuera de pronto desde siempre
y está siempre pensando en otra cosa.
No sabría decirlo, sin embargo.

Aurelio Asiain.

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